Como si se tratara de una especie de ‘Breaking Bad‘ gaditano, un químico en paro apodado “el profesor”, dos alemanes, un checheno, un kazajo, un ucraniano y un empresario de Alicante componían una banda a la que la Unión Europea ha estado buscando durante dos años. Su negocio, no obstante, no tenía que ver con drogas, sino con algo más común: champú falso. La figura fundamental de la trama era Tomás Pérez del Cerro,”el profesor”, un químico de casi 60 años.
Esta organización había levantado una fábrica en Medina Sidonia y se dedicaba a exportar millones de botes de champú falsificados por Asia, Europa y África, siempre bajo el nombre de la conocida marca H&S. Según la policía, en tan sólo cuatro meses ganaron seis millones de euros.
En la nave en la que trabajaban no habían reparado en gastos de maquinaria industrial, aunque no cumplía ningún control de calidad: los productos químicos se apilaban por toneladas en los rincones, la máquina de etiquetas y los moldes para fabricar los botes se juntaban con muebles, muestras, probetas y otros enseres.
A pesar de ello, entre el laboratorio del químico y esta nave producían 200.000 botes mensuales de champú y, con el tiempo, tuvieron que adquirir otra nave sólo para guardar el excedente que tenían que distribuir.
Actualmente se están analizando muestras de los 120.000 botes requisados por si tuvieran componentes peligrosos. También hay una investigación medioambiental sobre los vertidos de la fábrica, porque se cree que por ella se averió dos veces la depuradora de aguas local.
Los millones obtenidos se blanqueaban en paraísos fiscales. Para hacerse una idea del beneficio, en China un bote cuesta unos céntimos y en la UE su precio final oscila de dos a siete euros.