viernes, 18 de marzo de 2016
19 secretos que los empleados de Zara NUNCA te contarán
Todas las grandes empresas guardan secretos y Zara no podía ser la
excepción. A continuación te presentamos 19 secretos contados por sus
propios empleados y que muchos de nosotros ignoramos:
Y no, no podemos volver a fabricarla.
Si eres borde, muy pocas. Así que insiste, pero no grites.
No lo está llamando porque tenga nada personal contra ti.
Le pide a un superior si puede quedársela y así hay prendas que ya ni siquiera llegan a estar fuera.
O que vengas a cambiar un pantalón porque no te gusta cómo te queda y lo traigas puesto. Sí, esto ha pasado.
Que alguien entre al revés es un clásico.
Desde bolsas de plástico con pis a, directamente, LO OTRO.
Ojalá, por otra parte.
Tu encargado o encargada siempre encontrará algo que puedas hacer.
Las
de plástico se reutilizan y se devuelven a los almacenes centrales, lo
cual está muy bien, pero estar una hora metiendo perchas en cajas de
cartón no es la tarea más divertida del mundo.
Y
como algo hay que poner, es posible que algún empleado haya acabado
creando la tara harto de buscarla. Un pequeño cortecito con el cúter y
listo.
Es política de la empresa, así que no la tome con el empleado.
Sí se mueve mucho stock sobrante de unas tiendas a otras en las que se le puede dar más salida.
O limpiamos el mostrador de la caja a pesar de que ya te deslumbre su brillo.
Se pilla a mucha gente intentando robarlos, y tampoco huelen TAN bien como para pasar por ese trago y sus consecuencias.
Tanto
es así, que muchas veces, y por razones que desconocemos realmente
(cosas del magnetismo), acaba reactivándose y es posible que vuelvas a
pitar en las tiendas.
Disculpa si no puedo atenderte como es debido: estamos demasiado ocupados volviéndonos locos.
Porque ocupan muchísimo menos en la caja y así no hay que reponerlas tan a menudo. No hay tiempo.
El precio que marca la caja al pasar el código de barras es el precio final. Y además se nota mucho.