Esta no es solo una historia sobre sexo cualquiera: es una historia sobre sexo en la carretera, en la autovía A-52 más concretamente. La Guardia Civil de Tráfico se fijó en un Volkswagen Golf detenido en el arcén del kilómetro 197 —cerca de Xinzo—, sin tener puesta la señalización de emergencia. Cuando detuvieron su vehículo y se acercaron, vieron que en su interior se encontraba un joven, que ocupaba el asiento posterior, solo.
Cuando le preguntaron por el paradero del conductor, respondió que estaría “en la cuneta, vomitando“. Pero tardaron poco en descubrir que, en realidad, el problema no era digestivo: a pocos metros de la vía, tras la valla de protección de animales, vieron a una pareja manteniendo relaciones sexuales.
Tras invitarlos a “desistir en la actividad que en ese momento les ocupaba“, según recoge el atestado, la pareja se compuso y compareció ante los agentes pasados unos pocos minutos. El conductor aseguró que se habían quedado sin gasolina y que por eso había tenido que detener el coche en plena autovía. Para poner peor las cosas, resultó que el conductor no llevaba documentación alguna, y además se mostró “desinhibido y desafiante” ante los agentes, lo que les hizo sospechar que pudiese hallarse bajo los efectos del alcohol.
En vano, el hombre quiso alegar que llevaban una hora parados y que había estado bebiendo alcohol durante ese tiempo, pero su versión hizo aguas cuando otra patrulla de Tráfico que había pasado por la zona 25 minutos antes confirmó que no los había visto. Por si fuera poco, los agentes descubrieron que ni siquiera tenía vigente el permiso de conducir. Todo mal.
El conductor tendrá que responder por un delito contra la seguridad vial, por el que el Ministerio Fiscal solicita 4.320 euros y la retirada del permiso.