Toda cambió tras visitar la Comic-Con de Phoenix en 2013, donde descubrió la facilidad para comunicarse entre ellos que tenían los fans que se disfrazaban y el buen rollo que había. Así que decidió apuntarse a esta tendencia: “Los disfraces me han ayudado con mi confianza. Siempre he sido muy callada y tímida, pero cuando me disfrazo me siento viva. Yo creo que es gracias a las reacciones positivas que consigo con mis trajes“, ha revelado en una entrevista
“En las convenciones la gente me pregunta si pueden sacarse una foto conmigo y me dicen lo mucho que les gusta el disfraz que he confeccionado. Esto me ha ayudado a aumentar mi autoestima. Los disfraces siempre han sido un buen aliado para iniciar una conversación.”