Así ven desde otros países del mundo a los españoles. Desde ediciones extrangeras de El Huffington Post
Es un hecho: España gusta a los extranjeros. Nuestro país es un lugar de interés turístico y los datos lo respaldan. La Organización Mundial de Turismo (OMT) situó
España en tercera posición del ranking de países más visitados en 2013
por detrás de Francia y Estados Unidos. Además, un reciente informe del Instituto de Turismo de España, Frontur, recogió que entre enero y julio de 2015 llegaron casi 38 millones de turistas, la mejor cifra de la historia.
Vienen procedentes de Reino Unido, Francia, Alemania, Países
Nórdicos… y aterrizan principalmente en Cataluña, Baleares, Andalucía,
Canarias, la Comunidad Valenciana y Madrid. Lo que les gusta es el
clima, la comida, los monumentos, las playas… ¿y los españoles? ¿Les
gustamos a los extranjeros? ¿Cómo nos ven?
Consultamos a nuestros colegas de las distintas ediciones
internacionales de El Huffington Post para resolver estas dudas y
descubrir qué opinión generamos los españoles a nuestros visitantes. La
conclusión, a grandes rasgos, es que somos vagos, hablamos mal los
idiomas pero… ¡somos muy majos y sabemos disfrutar!
La distancia no es problema para los estadounidenses cuando se trata
de venir a España. Casi 900.000 llegaron a nuestro país en lo que va de
2015, y sólo en el mes de julio lo hicieron 231.746. Lo que les gusta de
nosotros es la forma de vivir y disfrutar. “Los españoles saben bien
cómo hacerlo, en lugar de ir acelerados y no apreciar lo que hay
alrededor”, aseguran desde The HuffPost. “Les gusta la fiesta, bailar y
beber. En general aprecian todos los placeres como comer, dormir…”.
Los defectos que nos ven están directamente relacionados con esa
forma de vida que ensalzan: “La cultura nocturna puede hacer que las
cosas vayan más lentas durante el día”. Según los estadounidenses, los
españoles empezamos la jornada demasiado tarde, aunque confiesan que eso
les produce celos.
Si tuviesen que definirnos en pocas palabras eligen términos como abiertos, divertidos, enérgicos y ruidosos.
Es indudable: a los germanos les gusta España. Alemania es el tercer
país que más turistas trajo en 2015 (casi seis millones hasta julio).
Vienen atraídos por el buen tiempo, las playas y la fiesta. Además les
gusta nuestra forma de vida, y en especial la siesta. “Realmente
entienden qué es llevar una vida equilibrada”, aseguran. “Son
apasionados, además saben perfectamente que el secreto de la
productividad está en quitarse el estrés”.
El problema que nos achacan es el tono de voz: “Para la gente del
norte de Europa a veces puede ser difícil entender por qué los españoles
hablan tan rápido y tan alto. Es como si hablasen con exclamaciones”. Y
si tuviesen que describirnos en pocas palabras usarían: “Son seductores
y apasionados, aunque relajados cuando es necesario”.
Los italianos nos aman. Tanto que no pueden encontrar defectos en los
españoles. “Nosotros también hablamos fuerte y somos ruidosos. ¿Qué hay
de malo en eso?”, pregunta Laura Eduati.
Para el país vecino, que trajo más de 450.00 turistas en el mes de
julio y más de 2.00.000 en lo que va de 2015, lo mejor de los españoles
es su carácter cálido: “Les gusta disfrutar de la comida y de la buena
vida. No son pretenciosos ni egoístas. Tienen el equilibrio perfecto
entre el placer y el deber”. Lo único que les resulta un poco chocante
de nuestra cultura son las fiestas interminables: “Diez días de
celebración en las calles es demasiado”.
Somos “generosos, de buen corazón y con los pies en la tierra”.
En Francia, que se sitúa como el segundo país que más turistas ha
traído a España en 2015, también se sienten atraídos por el buen
ambiente: “No podemos estar más de acuerdo con los que hablan de las
fiestas, las tapas y las siestas”. Además, señalan un aspecto de la
cultura española que, a su juicio, deberían imitar en otros países:
“Tienen algo que enseñarnos sobre cuidar a los mayores y mezclar
generaciones”.
Lo que menos les gusta es la torpeza con los idiomas: “Son malos,
aunque a los franceses nos pasa lo mismo. Además, a veces resultan
demasiado ruidosos”. Y si tienen que escoger tres palabras para
definirnos serían: “Acogedores, orgullosos y fraternales”.
Si algo gusta a los griegos de los españoles es su solidaridad,
especialmente “la que mostraron con los ciudadanos afectados por la
crisis económica”, explican desde la edición helena de The HuffPost. En
este país mediterráneo admiran el buen hacer español en el diseño y la
capacidad de “apreciar la buena vida, y la buena comida”.
El mayor defecto de los españoles es su poca habilidad con los
idiomas: “Se necesita mucho tiempo para entender qué quieren decir en
inglés”. Los adjetivos que usan para definirnos son “orgullosos,
creativos y relajados”.
Apasionados, amables y sexis. Así ven en Corea del Sur a los
españoles, de los que dicen que están cargados de “energía positiva” y
gozan de “un gran sentido del humor”.
Nuestros compañeros coreanos admiran nuestra capacidad para
divertirnos y la forma de disfrutar la vida. “Además, sois buenos
jugando al fútbol”, destacan. Y si hay que elegir defectos señalan tres:
“Sois ruidosos y no entendéis bien el inglés”, además “algunos son un
poco vagos”.
La personalidad de los españoles seduce en Canadá: “Sois gente
abierta y amigable, especialmente cuando vienes de sitios como París,
donde la gente es mucho más cerrada”. Los canadienses también admiran
nuestra energía y dos de nuestras pasiones: “La cocina (sobre todo el
jamón) y el amor por el arte (que se puede encontrar en todas partes)”.
Los defectos tienen que ver con los horarios y falta de habilidad con
los idiomas. “No hay mucha gente que hable inglés de forma fluida, pero
la amabilidad compensa”. Destacan que llegamos “tarde a las citas” y
les llama la atención que “no entienden que se puede cenar antes de las
ocho”.
“Fiestas, tapas y alegría” son las palabras que usan los colegas
brasileños para definir España y su cultura. Lo que más les gusta de
nosotros es que sabemos aprovechar la vida. “Salen de fiesta y se quedan
hasta tarde sin olvidar el trabajo ni los estudios”, recalcan. “Además,
la gente española es amable y solidaria”.
La siesta es otra de las cosas que les gusta de España y confiesan
que les da “un poquito de envidia”. Lo que no les genera tanta empatía
son los toros, aunque esa es una tradición que también existe en Brasil.
Los británicos son los que más vienen a España con diferencia: el
pasado mes de julio llegaron 2.000.000 y en lo que va de 2015 fueron lo
hicieron más de 8.700.000.
Lo que más les gusta de España es la siesta, lo que quizás no sepan es quelamentablemente
no la dormimos todos los días (¡ojalá!). Y lo que menos les atrae de
nuestro país son los británicos que vienen aquí. “¡Lo sentimos!”, dicen
al mencionarlos. Otra cosa que les llama la atención de nuestra forma de
ser es que somos “compradores compulsivos”.
A los japoneses les gustan las puestas de sol españolas y la
multiculturalidad del país, “por la mezcla europea e islámica”. Lo peor a
su juicio son los horarios: “Comen demasiado tarde”.
Para definirnos utilizan una simpática frase: “Es un país salado, como la mayoría de sus comidas”.
Con los indios pasa como con los italianos: les gusta mucho España y
les cuesta encontrarnos defectos. “Son buenos anfitriones y acogedores”,
dicen desde la edición india de The Huffington Post. Según cuentan, su
experiencia aquí fue buena desde el primer día: “Me sentí como en casa”.
Las palabras que mejor nos definen serían “acogedores, despreocupados y sinceros”. http://www.huffingtonpost.es/2015/09/12/opinion-extranjeros-espan_n_8053906.html?utm_hp_ref=spain
Ya lo decía el gran Antonio Machado: En España lo mejor es el pueblo.
Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid (durante la guerra
civil), que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me
sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos
–nuestros barinas– invocan la patria y la venden; el pueblo no
la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España,
no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo. La demofilia
es entre nosotros un deber elementalísimo de gratitud.
:)
No todo va a ser echar mierda sobre el país (que hay para rato) :D