“Estás oxidado. El consumo
desmesurado de alcohol, tabaco y vete tú a saber qué más cosas va a
hacer que tus niveles de homocisteina estén por las nubes. Para ayudar a
tu cuerpo librarse de ese tóxico, que se carga tus arterias y neuronas,
hay que aportarle vitaminas, concretamente ácido fólico, VitB6 y VitB12
y todos lo antioxidantes que puedas para reparar los desastres
causados. Estás deshidratado, lo mejor es beber agua, pero a veces da
grima. Y estás revuelto-diarreico-nauseabundo: el hígado está inflamado,
también las mucosas de tu intestino. Tu flora intestinal te ha
prometido venganza“, asegura la doctora en Bioquímica María
Tabernero. Estás jodido, ya lo hemos dicho, y saber lo que te va a
sentar bien es una verdadera lotería.
Pero vamos a ver qué hay en la nevera de
tu casa para que no tengas que comprar fuera, ni pedir comida rápida.
Remedios caseros que tienes delante de tus narices o que bien te puedes
dejar preparados la noche anterior y que no se encontraban hasta ahora
en tu combate cuerpo a cuerpo con la resaca. Hay una cosa que siempre
hemos escuchado que viene bien, con más alcohol compensas un poco ese
síndrome de abstinencia. “Pero solo una… ojo, que puedes despertar
al monstruo que llevas dentro y si no paras en la primera seguro que
terminas en un after“. Está claro que no existe la comida-milagro
que te salve de ver las puertas del infierno del dolor de estómago
abiertas de par en par, pero si existen remedios caseros que te pueden
ayudar a compensar. “Al final la resaca es una curva. Si bebes muy
rápido esa curva sube y la resaca entonces es terrible, ciertos
alimentos te pueden ayudar a compensar esa inclinación de la curva“, asegura Carlos Medina, ex concursante de Top Chef.
Soluciones culinarias que se alejan del
típico zumo de puerro que te puede hacer vomitar y que le hemos
preguntado al cocinero y la doctora.
– El ceviche: Lo puedes
dejar hecho el día anterior en la nevera, o elaborarlo en el momento.
Atención, hemos descubierto que segrega un líquido mágico que nos ha
volado la cabeza. “Suelta un jugo que surge de la maceración del
pescado que se llama leche de tigre. Es bueno para la resaca y, además,
es afrodisíaco. Es tan bueno, que en algunos países de América Latina se
vende separado del ceviche“, nos cuenta el cocinero.
– El picante, en general: Ten un bote de salsa de Tabasco cerca o utliza cayenas para completar cualquier plato que te vayas a meter para el cuerpo. “Es
una de las mejores formas de acabar con la resaca, al final despeja y
hace que te sientas mejor. No hay comida milagrosa, pero los
estimulantes sí que ayudan“, dice Carlos Medina. Abstenerse los que
anden mal del estómago porque el ardor puede hacer que te conviertas en
un dragón. Él nos propone que probemos con la col fermentada (kimchi,
como se conoce en la cocina coreana), no suena nada sugerente pero por
lo visto es muy efectiva.
– Michelada: “Es un
‘combinado’ mexicano a base de cerveza suave con mil variaciones, que
siempre tiene zumo de lima/limon, salsa picante (ideal la Valentina),
salsa perrins o Maggi, un poco de sal y tajin y muchos hielos. Esta
mezcolanza está llena de vitaminas c (del limón) b (de la cerveza y las
salsas), aminoácidos a porrillo incluido glutamato, capsaicina del
chile, sal para subirte un poco la tensión, un toque de alcohol y mucho
agua“, explica María. Si la acompañas de un taco, mucho mejor.
– Huye de la pasta: En
cualquiera de sus variantes. Cambia el chip de una vez. Es uno de los
grandes (falsos) mitos que circulan por ahí sobre la relación entre
resacón y comida. “Básicamente se hace porque no tienes ganas de
cocinar, y te lo digo por experiencia. Solo tienes que calentar el agua y
ya obtienes un aporte de cabrohidratos que te compensa lo que has hecho
la noche anterior. Lo único que consigues es que te entren ganas de
dormirte la siesta y que se vaya la resaca… pero solo un rato“, comenta Carlos.
– Cualquier zumo de fruta:
Eso ya lo teníamos claro, parece de manual. Carlos Medina nos invita a
que probemos el de chirimoya. Suelen ser un verdadero coñazo. En
realidad, un puto coñazo, aunque luego sientan realmente bien. Al de
chirimoya sumamos una receta de una compañera de la oficina, que es
usuaria habitual de ese aparato del diablo que se llama licuadora:
manzana, zanahoria, naranja y jemjibre.
– Limón serrano: Es un poco recurrir a la tradición, a lo que hacían nuestros abuelos y que les daba tan buen resultado.”En
realidad es una ensalada perfecta y loca que mezcla sin pudor naranjas,
limones, chorizo, ajo y huevo frito o cocido. El aliño lleva un poco de
vino tinto, para rematar la recetita. Está buenísima“, nos dice María Tabernero. “Es
una bomba de vitamina C de los cítricos, vitaminas B del huevo y el
chorizo, grasita y el toquecillo alcohólico. Además de mucha agua
camuflada en los gajos de naranjas y limones. Un poco de fibra… mañana
lo agradecerás“.
– La sopa de Miso: No
te asustes por el nombre, no es algo tan exótico, ahora mismo la puedes
encontrar preparada y solo tienes que añadir el agua. Vas a tardar menos
en hacerla que en tomarte ayer la última copa en ese garito de
malamuerte. Lleva alga wakame y tofu que son muy saludables para el
cuerpo. Así que ya sabes es hora de darle la espalda a la cocina china
de menú y probar con Japón.
– Un cóctel con alcohol:
Con poco alcohol, volvemos a insistir, para evitar tentaciones. Ya te
hemos dicho que si te pasas, si vuelves a subir de revoluciones, tus
ganas de fiesta puedes acabar en una doble resaca de esas que ya
conoces. “El que mejor funciona, el rey es el Bloody Mary. El ácido y
las propiedades del tomate, junto con el alcohol, hace que se regule
esa curvatura de la resaca de la que te hablaba antes“, dice Carlos Medina.